Los beneficios que aporta la actividad física en mujeres diagnosticadas con cáncer de mama son significativos. El ejercicio físico ayuda a reforzar el sistema inmunitario, disminuye la sensación de fatiga y contribuye a mantener un peso saludable. Numerosos estudios así lo demuestran y afirman que el ejercicio físico mejora la calidad de vida y aumenta la supervivencia de las pacientes.
Como ejemplo, te dejamos el estudio clínico “Ejercicio físico y cáncer de mama”, a cargo El Instituto de Investigación Sanitaria La Fe, la Fundación IVO, la Asociación de Gestores Deportivos Profesionales de la Comunidad Valenciana y la Fundación Trinidad Alfonso. Este estudio tiene como objetivo concienciar de la importancia del ejercicio físico como herramienta terapéutica en pacientes con cáncer de mama.
Otro artículo de la FECEC nos explica que el ejercicio físico puede ayudar a mejorar o prevenir algunas secuelas derivadas del tratamiento oncológico, como se el caso del limfedema. En la actualidad se está demostrando que realizar algunas actividades deportivas como el remo y el tiro con arco ayudan a prevenirlo.
Lee también la entrevista que le hicimos en el Mar Hernández al ekke, ciclista que ha participado a la Titan Desierto, la cual ha pasado por dos diagnósticos de cáncer de mama.
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