La llegada de la primavera se convierte en una pesadilla para muchas personas que sufren alergias. La gran cantidad de polen en suspensión genera reacciones alérgicas que se manifiestan con un variado repertorio de síntomas. Reacciones cutáneas, picor e irritación de los ojos y la nariz, tos y picor a la garganta y, entre los más graves, asma y reacciones de tipos anafilácticas.
El buen tiempo y la exuberancia de los entornos naturales nos llaman a hacer actividades al aire libre. Sin embargo, aquellos que tienen problemas de alergia relacionados con el polen tendrán que tomar toda una serie de precauciones. Inicialmente, tienen que estar atentos a las concentraciones y tipos de polen al ambiente. La Red Aerobiològica de Cataluña emite información periódica al respeto que nos puede ayudar.
El primer paso es evitar el contacto con espacios naturales con presencia de polen. Un buen remedio es sustituir las sesiones al aire libre por sesiones dentro del gimnasio. Entrenar a las horas en que hay menos concentración de polen (entre las 11 y las 18 horas), usar gafas de sol y calentar antes del entrenamiento. Es importante que todas las personas que sufren alergias lleven siempre encima su medicación de rescate. Si durante el desarrollo de la sesión se da cualquier tipo de sintomatología, habrá que parar la sesión y no hacer ejercicio hasta llegar al control de la crisis y la valoración médica.

Dr. Guillermo Torres Casadó
Especialista en Medicina de la Educación Física y El Deporte

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