En otoño, después del parón del verano, empezamos a practicar actividad física de forma regular y nos enganchamos de nuevo al deporte. Para poder seguir con tus entrenamientos y que las lesiones no te hagan parar te dejamos estos consejos de cómo prevenirlas.

 

Antes de comenzar a entrenar es conveniente hacer una revisión médica y contactar un entrenador o especialista en Educación Física para que te marque las pautas a seguir. El entrenamiento debe ser progresivo para que tu cuerpo se vaya adaptando de forma paulatina. Ajusta la intensidad a tu forma física y evita el sobre-entrenamiento.

 

Utilizar el equipamiento adecuado. Unas deportivas que se ajusten a tu pisada y a la actividad que vas a realizar te ayudarán a que la práctica deportiva sea más segura y que exista menos riesgos de lesión.

 

Realiza un buen calentamiento antes de iniciar la actividad. Haz un calentamiento de los grupos musculares que vayas a ejercitar. Empieza haciendo algunos ejercidos de movilidad articular y luego un trabajo cardiovascular a baja intensidad como elíptica, bicicleta o cinta durante unos minutos.

 

La técnica es muy importante. La postura corporal, como nos colocamos en las máquinas, la forma en la que cogemos el material,… La técnica es esencial para que el ejercicio tenga sus beneficios y evitar posibles lesiones. Comprueba siempre que la ejecución de los ejercicios es correcta. Puedes consultar al técnico de sala fitness.

 

Es importante conocer y escuchar a tu cuerpo. Presta atención a las señales del cuerpo. Si hay dolor, hay que parar, y si este persiste consultar con un especialista.

 

Cuando estés entrenando concéntrate y no te distraigas. Pon tu foco de atención en el ejercicio que estés realizando, controla la técnica, el ritmo y disfruta del entrenamiento. La respiración es básica para evitar lesiones​. Controla la respiración para mantener un correcto aporte de oxígeno a los músculos.

 

 

Mantente hidratado. Bebe líquidos antes, durante y después del ejercicio. Sigue una alimentación sana y equilibrada que aporte todos los nutrientes necesarios y fortalezca las defensas.

 

La recuperación y el enfriamiento es una parte esencial en un programa de entrenamiento ya que ayuda a maximizar el rendimiento y a reducir el riesgo de lesiones. Realiza entre 5 a 15 minutos de enfriamiento como caminar, trotar y estira los músculos después de cada sesión para eliminar las tensiones y mantener la flexibilidad

 

Visita periódicamente al fisioterapeuta para prevenir posibles lesiones y sobrecargas. Los masajes regulares después del ejercicio contribuyen a la recuperación ya que aumentan el flujo de sangre y oxígeno en el cuerpo así como la movilidad de los músculos. Los baños de agua fría al final de un entrenamiento son una buena opción. También es aconsejable realizar un estudio de la pisada.

 

Si sigues estos consejos es muy probable que no te lesiones además, en Viding cuentas con especialistas y profesionales de la actividad física y la salud que te guiarán siempre que lo necesites para que tus entrenamientos sean seguros, efectivos y divertidos.

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